martes, 11 de febrero de 2014

Leyendas urbanas y científicos que no se aclaran

Una de las obsesiones que me atormenta a menudo es saber de qué está compuesto lo que como, compro y utilizo. Reconozco, eso sí, que cuando me zampo un dulce prefiero no mirar el reverso del envoltorio para no ver las calorías que lleva, aunque, en líneas generales, estoy tomando la costumbre de mirar los ingredientes o los compuestos de los productos de cosmética, pese a que pocas veces entiendo lo que ponen. 

saludpasion.com
Parece ser, y digo "parece" porque no está nada claro, que los parabenos -un compuesto químico- no infunden demasiada confianza entre los científicos, aunque no todos estén de acuerdo. En teoría, los también llamado parabenes se utilizan habitualmente en los productos cosméticos y farmacéuticos y pueden encontrarse en champús, cremas hidratantes, geles de afeitado, lubricantes sexuales, medicamentos, bronceadores y dentífricos, además de ser utilizados como aditivos alimentarios y en la conservación de alimentos. Es decir, que sería  más fácil enumerar en los productos en los que no se encuentra.

La cuestión es que, pese a que no hay una corriente común ni una opinión mayoritaria, hay estudios científicos que apuntan que los parabenes están relacionados con el cáncer de mama. Los científicos Philippa Darbre y Lester Barr realizaron un examen a los tumores extirpados de 40 mujeres afectadas por la enfermedad, encontrando parabenos en ellos y, en la mayoría de los casos hallaron más de cinco tipos diferentes de esta sustancia química. 

La cosa es que estos mismos científicos reconocen que la presencia de parabenos en las muestras no significa necesariamente que hayan sido la causa del cáncer en estas mujeres, aunque plantea el interrogante de su riesgo para la salud. Otras fuentes, sin embargo, apuntan a que el poder de los parabenos es 100.000 veces más débil que el estrógeno natural del cuerpo y que los niveles en los productos de coméstica son muy bajos y seguros, pero ¿qué ocurre si esos niveles bajos de parabenos se utilizan a diario en varios productos a la vez como un desodorante, una crema corporal y una pasta de dientes?

Para más tranquilidad, el especialista en Oncología de la Clínica Universitaria Puerta de Hierro de Madrid, Ricardo Cubedo, descarta esta posibilidad cuando niega que "el uso de cosméticos altere de ninguna manera el riesgo individual de padecer cáncer de mama". 

Siguiendo también lo que recomienda el Instituto Nacional del Cáncer no hay estudios concluyentes que relacionen el uso de desodorantes en las axilas con el cáncer de mama, ya que se debería seguir estudiando para profundizar en la hipótesis de quei los parabenes (en el caso de los desodorantes) se acumulan en el tejido del seno siendo uno de los causantes, por tanto, del cáncer.

Tal es la preocupación de la sociedad que muchas marcas han comenzado a ofrecer sus productos con los llamativos lemas de "o% parabenes". Es el caso, por ejemplo, de Sanex que tiene en el mercado la línea "Sanex Natur Protect" sin este compuesto químico, que sí se incluye en otros modelos de la misma marca como el "Sanex Dermo Sensitive".


jueves, 6 de febrero de 2014

Vuelva usted mañana, marca España

www.reduce.es
Hay una cosa que siempre me ha agobiado mucho: un trámite administrativo. Recuerdo que cuando estaba en el instituto formalizar la matrícula cada año era para mí una especie de odisea. Fotografías tamaño carnet (dos para el centro y el resto a repartir entre familia y amigos), fotocopias del DNI, del Libro de Familia y rellenar los impresos seleccionado las asignaturas optativas con lo que ello suponía... En fin, un trámite que para mí siempre era un problema... Se ve que era lo más complicado a lo que me enfrentaba por aquella época... benditos años...

Luego vino la universidad... que eso si eran ya palabras mayores. Una mañana, mi amiga Mª Ángeles y yo nos plantamos en Sevilla para entregar papeles, fuimos al rectorado, rellenamos un par de cosas y listo, de vuelta al pueblo, en autobús, como no.

Parecía todo muy fácil hasta que llegaron las modernidades para facilitarnos la vida: la automatrícula. No he conocido nunca una herramienta que fallara más que este sistema que nos tocó estrenar cuando ya llevábamos un par de años cogiéndole el gustillo a eso de hacer cola en secretaria cada mes de septiembre para entregar la matrícula del curso en mano. Mi amiga Inés y yo pasamos bastante tiempo en las salas de informática de la facultad (porque no teníamos internet en casa) para intentar completar el formulario antes de que apareciera el mensaje de "la sesión ha caducado"...

Con el tiempo la automatrícula fue mejorando (como todo en esta vida, la experiencia es un grado) y ya no costaba tanto trabajo completar el sistema. Sin embargo, parece que hay cosas que no cambian. Esta semana he vuelto a pisar, de nuevo, el registro de una administración pública para (adivínenlo) entregar un papel. La cosa es que ya acabas tan acostumbrado a estar continuamente entregando documentos por doquier que ni te paras a pensar en la utilidad que puedan tener.

Me pedían un certificado de empadronamiento... Algo que desde mi más sincero desconocimiento creo que podrían averiguar simplemente mirando mi DNI o transfiriendo datos de una administración a otra, además de ser un dato sin relevancia para el trámite que solicitaba pero claro, algo hay que pedir... Te da como más notoriedad eso de solicitar papeles a mansalva, aunque después no lleguen a ningún lado.

La burocracia realmente puede conmigo. Y los bancos también. Será que como soy de letras, veo un número y me asusto (y no lo entiendo, también), pero no estaría de más dar algún que otro cursillo a los empleados de las entidades bancarias, uno en el que aprendieran algo de amabilidad y cortesía.

Y es que resulta que cada vez que voy me ponen algún impedimento para hacer el trámite que solicito, del tipo "esto se puede hacer en el cajero", "no estamos autorizado" o "esta operación cuesta dinero". No entiendo, de verdad, para qué están entonces ellos allí, si todo me lo puede hacer una máquina... aunque eso sí, la máquina es educada y no te falta el respeto...