viernes, 13 de febrero de 2015

Mi querida radio

Mis primeros recuerdos de la radio tienen que ver con mi abuelos. Mientras me arreglaban para ir al colegio, la voz de Luis del Olmo resonaba en el transistor del salón. Tengo grabados todavía en la mente sonidos, sintonías y palabras -"buenos días, España"- que creo que no olvidaré jamás. Luego, en casa, la voz de José María García por las noches me volvía a acercar a ella... No sé concretamente cómo fue, pero ya desde entonces yo quería trabajar en la radio. Y la verdad sea dicha es que siempre lo tuve bastante claro.

En los estudios de ABC Punto Radio, realizando el programa de turismo Vive tu Andalucía

La cosa es tan curiosa que mis primeros coqueteos llegaron de la mano del club de mis amores. Mi amigo y compañero periodista José Ibáñez me propuso colaborar, estando ya en la carrera, en un programa cultural que iba a poner en marcha en Radio Betis. Y ahí empezó todo, en el Benito Villamarín.

Luego vino Onda Cero y casi al mismo tiempo Onda Guadaíra, la radio de Alcalá de Guadaíra, hasta donde me iba cada domingo por la mañana para colaborar en la narración de los partidos de Tercera División en la que jugaba el C.D. Alcalá. 

Por ese tiempo iba aprendiendo poco a poco, caída a caída, cuando me llegó la oportunidad de entrar como becaria en Punto Radio. Allí pasé casi cuatro años trabajando, en la que ha sido una de las mejores etapas de vida. Directos, crónicas, llamadas, carreras por los pasillos y risas, muchas risas.

Y como esto es un veneno, quien se asoma a ella ya nunca puede olvidarla ni desvincularse de su magia. Ahora, cada lunes me reencuentro con ella en esRadio.

Feliz Día Internacional de la Radio

lunes, 9 de febrero de 2015

¿Por qué se llaman premios Goya?

Febrero, además de ser el mes de don Carnal, es también la época de los cinéfilos ya que durante estas semanas tienen lugar la mayoría de las galas del cine, organizadas por las diferentes academias, sindicatos de actores, etc. Precisamente este pasado sábado, 7 de febrero, se ha celebrado la gala de los Premios Goya y el domingo 22 le tocará el turno a los Oscar de la academia de cine de Hollywood. 

Goya... Oscar... ¿por qué se llaman así y no de otra forma? Vayamos por partes...

Los primeros premios Goya se entregaron un 17 de marzo de 1987 en el teatro Lope de Vega de Madrid. Los académicos decidieron bautizar con el nombre del genial pintor sus estatuillas no solo porque fue uno de los grandes artistas de la pintura española, sino también porque era un nombre que "sonaba bien". Sí, a veces las explicaciones son más simples de lo que parecen. Resulta que era un nombre que se asimilaba bastante bien al que ya tenían otros premios del mismo estilo, como los César de Francia o los Oscar de Hollywood.

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Sin embargo, como en cualquier sitio, hubo quienes no estuvieron muy de acuerdo con este nombre y apostaban mejor por poner una nomenclatura que tuviera que ver con el propio mundo de la cinematografía. La clave la dio el director artístico de la academia Ramiro Gómez, quien defendió que el pintor tenía un concepto pictórico en sus obras cercano al cine y que, de hecho, varias de sus obras más representativas tenían un tratamiento casi secuencial. Nadie rechistó. 

Podéis leer más sobre esto en la propia web de la Academia de la Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

El porqué del nombre de los Oscar no está tan claro. Quizás porque en un primer momento, allá por 1929, empezaron a celebrarse sin que la estatuilla que entregaban tuvieran una denominación concreta. Al no saberse con certeza, la imaginación, el rumor y la leyenda hacen su agosto. Hay varias versiones, ninguna de ellas muy fiable.

La propia academia de Hollywood explica en su web que "the origins of the moniker aren't clear" (los orígenes del apodo no están claros), pero apunta un posible origen. Tendría que ver con la bibliotecaria de la academia, Margaret Herrick, quien dijo que la estatuilla se parecía a su tío Oscar. Esta comparación llegó a oídos del columnista Sidney Skolsky que la utilizó en una de sus crónicas. A partir de ahí, el apodo empezó a extenderse en los medios de comunicación hasta que en 1939, la academia lo hizo oficial.

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Hay otras versiones más rocambolescas... La actriz Bette Davis afirmó que la estatuilla se llamó así, en honor a su primer esposo, Oscar Nelson. La cosa es que ya en 1932, Walt Disney recogió un premio y durante su agradecimiento se refirió al galardón llamándolo así, "Oscar".