Han vuelto a hacerlo y ya van unas cuantas. Una nueva genialidad del universo Pixar, centrada ahora en el inconmensurable mundo de las emociones. ¿Una película para niños? ¿Quizás, para mayores?
Alegría, Miedo, Rabia, Disgusto y Tristeza. Son los cinco personajes protagonistas del largometraje de animación Inside Out (Del revés, en su traducción al español), la última película de Pixar estrenada durante este verano en las salas de cine. Una nueva genialidad que se suma a otras grandes obras maestras como Toy Story, Up o WALL-E que encumbraron a lo más alto a estos estudios de cine, especializados ya en contar historias para pequeños y mayores, cargadas de emotividad y crítica social.
Quizás, Inside Out sea de las películas más raras (abstractas, sería más preciso) de las realizadas hasta el momento por Pixar, a tenor de la temática que trata. Un viaje al interior de la mente de una niña preadolescente, Riley, que se muda con sus padres a una nueva ciudad, dejando atrás todo lo que hasta ahora había sido su vida, son el punto de partida de esta original y arriesgada historia.
La verdadera grandeza de este largometraje de animación radica, precisamente, en esa capacidad para transmitir, a través de una misma historia, dos mensajes bien distintos. Para los niños, Inside Out no deja de ser una película de aventuras, protagonizada por estos seres emocionales del interior del cerebro de Riley, pero para los adultos la cinta supone una verdadera lección de vida, de cómo la Tristeza debe ser entendida y encauzada, en una sociedad en la que, a veces, la Alegría está sobreestimada.
Inside Out es una clase intensiva de psicología. Una introspectiva en la mente del ser humano. Un análisis en profundidad de las emociones. No es una película para niños... ¿o quizás sí? Si lloraste con los primeros diez minutos de Up, si volviste a ser un niño con Toy Story o si te emocionaste con el robot WALL-E que nos avisaba de la destrucción a la que estamos sometiendo el planeta Tierra, debes ver ahora esta película.